Guía rápida de respiraciones para activar y equilibrar el tercer ojo en prácticas diarias.
Respira profundo, suelta tensiones y centra tu atención en la zona entre las cejas, creando calma y enfoque para la práctica.
Inhala lento hacia el abdomen, exhala suave; siente el flujo energético moviéndose hacia el centro del pecho y la frente.
Respira alternando la sensación entre lados internos del aire, calma la mente y equilibra las sensaciones en ambos hemisferios.
Inhala cuatro, mantén cuatro, exhala cuatro, pausa cuatro; el compás reduce ruido mental y afina la atención en la frente.
Visualiza una esfera de luz en el entrecejo que pulsa al ritmo de tu respiración, expandiendo claridad y calma interior.
Dirige la inhalación hacia la frente, siente expansión detrás de los ojos y mantén la atención suave y firme en ese punto.
Observa percepciones sutiles surgir con cada ciclo; anota sensaciones internas sin juzgar y deja que la intuición se haga más clara.
No empujes; si aparecen mareos o tensión, reduce intensidad y vuelve a respiraciones suaves hasta restablecer calma.
Dedica minutos diarios a respiraciones y visualizaciones; la constancia fortalece la conexión y la percepción intuitiva.